¡Buen domingo, querido lector! La lectura se ha puesto de moda. ¿Y los lectores? ¡Pues también! No hay día sin lectura: los nombres de las calles, de las tiendas, de las líneas de transporte. Hay mucho qué leer. Pero no es ésta la lectura mencionada en los programas, en los proyectos y en las conversaciones. Empecemos por precisar a qué clase de lector pertenecemos: ¿al que debe leer instructivos y manuales para el mejor cumplimiento de sus tareas profesionales? Con algunas variantes, aquí entramos usted y yo entre miles: los maestros deben leer sobre su área de estudio para construir el plan que ofrecerán a sus educandos; los abogados deben leer cuidadosamente los códigos al día para preparar la defensa de sus clientes; los médicos deben leer con meticulosa atención los últimos descubrimientos de la ciencia para diagnosticar a sus pacientes; los contadores deben leer con suma precisión los ordenamientos fiscales de última hora para estar bien con Lolita, etc. Y así los profesionistas y los técnicos y los que ofrecen sus servicios en los distintos campos laborales. Pero estas lecturas van acompañadas del horrendo verbo deber, y de la amenazante preposición para. Pues sí: son las lecturas obligatorias para el correcto desempeño de nuestro trabajo. Sigue leyendo
DE LECTURA Y LECTORES
27 domingo Jul 2014
Posted Columna En dulce charla
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