MÉXICO REALISTA-NATURALISTA

Buen domingo, querido lector! En este recuento –incompleto e injusto, naturalmente– disfrutaremos de un buen grupo de escritores imprescindibles pertenecientes a nuestro México fin de siècle. Concurren aquí múltiples corrientes importantísimas para toda nuestra América. Por ahora nos detendremos en dos: Realismo y Naturalismo. Recordemos, pues, nuestro fin del siglo XIX, si bien caminaremos un poco sobre la primera década del siglo XX, cuando las plumas más atrevidas se afincan en las letras nacionales. Asumamos las influencias, francesas y rusas (Balzac, Flaubert, Zola, Dostoievski, Tolstoi, Chéjov), de quienes recibimos un nuevo modo de mirar el mundo, y también las españolas (Valera, Pérez Galdós) que nos heredaron  la preocupación por la buena escritura cuya elegancia se hizo patente en el  inmarcesible aristocratismo que, con plenitud de recursos, vivió la prosa modernista –opulenta, voluptuosa y cosmopolita– y cuyo señorío se mantuvo hasta bien entrada la segunda década del nuevo siglo.

ELVIA HOLGUERA ALTAMIRANO

¡Buen domingo, querido lector! Usted la conoce. Su nombre está unido al Espacio Cultural Metropolitano.  Ella lo vio nacer, dirigió sus primeros pasos, le mostró el camino a seguir, lo hizo fuerte y le ha dado el sitio de la figura más emblemática de la cultura tamaulipeca. La tarea ha sido ardua, pero no tanto para una abogada de carrera con experiencia laboral en las tareas municipales: Elvia Holguera Altamirano fue titular de la Dirección de Educación, Cultura y Deporte, durante la gestión del contador don José Rábago. En esa dependencia impuso su estilo y dejó su impronta. Su preparación académica la ha dotado de un espíritu objetivo y conciliatorio reflejado en la  gentileza, consideración y respeto que la distinguen cuando participa en reuniones de atmósfera delicada.

ALTAMIRANO Y CLEMENCIA

¡Buen domingo, querido lector! Empecemos por delimitar nuestra cronología. Concluida nuestra gran etapa bélica (Independencia, Invasión Norteamericana, Invasión Francesa, Segundo Imperio y otras batallas entre hermanos), Juárez hizo su entrada triunfal en la Ciudad de México el 15 de julio de 1867 e inició el período histórico que conocemos como República Restaurada. Era el momento de reorganizar al país. En este devenir tumultuoso se alzó la figura señera de Ignacio Manuel Altamirano, siempre al servicio de la Patria: coronel de sus ejércitos, orador parlamentario y conciencia vigilante y guiadora de los destinos espirituales de nuestra nación. Era imposible resistir su voz: amalgamaba en su centro una férvida y vibrante pasión patriótica. Él enseñó a pintar los temas nacionales, a admirar los púrpuras estentóreos de nuestra tierra noble y opulenta, a aceptar con orgullo el lujurioso ocre de nuestras gigantescas ceibas, y a escuchar el canto milagrero de nuestras aves.

ESPACIO CULTURAL METROPOLITANO – DIEZ AÑOS

¡Buen domingo, querido lector! El 4 de octubre de 2003 fue inaugurado el Espacio Cultural Metropolitano. En él hemos tenido nuestra mayor cercanía con diferentes expresiones artísticas, con el folclore y con quehaceres intelectuales. Desde el primer momento, su directora, la licenciada Elvia Holguera Altamirano, se ha preocupado por allegarnos a ese gran mundo. Este objetivo es la meta más importante que la institución construye día con día. Al metro, como lo llamamos familiarmente, asistimos todos: espectadores diletantes y receptores profesionales, estudiantes y estudiosos, siempre dispuestos a aprovechar su permanente y variado registro.